La Cinta
Blanca (2009) Dirigida por Michael
Haneke y protagonizada por Susanne Lotear,
Ulrich Tukur, Burghart Klaussner, Josef Bierbichler, y Marisa Growaldt. En original Das weisse Band.
No voy a aprovechar esta película para hacer una disertación
sobre el eterno debate entre los que defienden que las cualidades innatas de
cada individuo influyen más que la educación en la personalidad o al revés. En
cualquier caso, es obvio que la educación influye de manera considerable en los
valores de cada generación.
Para muchos esta película de Haneke es la respuesta al espeluznante fenómeno del ascenso del
nazismo en alemánia que busca su causa en la educación recibida en la infancia
de la generación que lo protagonizó. Yo no creo que Haneke quiera ser tan
contundente, ni tampoco que un fenómeno tan aberrante se pueda explicar de una
manera tan simple sin contextualizar el fenómeno con todas sus demás causas.
Lo que creo que se nos plantea es mucho más simple y difícil
a la vez. Se nos plantea lo que supone una educación basada en los valores de
la disciplina, deber, jerarquía… todo ello promovido por una religión con un
Dios deshumanizado que consigue transmitir esos valores a través del
sentimiento de la culpa. Bueno, pensareis que ya existen muchas películas que
han reflejado esto, y que por lo tanto hacerlo no resulta tan difícil… Pero aquí
está la genialidad de la cinta. La manera de hacerlo no es con el modelo
tradicional de desenlaces y conclusiones, ni de la trama principal, ni de cada
una de las tramas secundarias. Simplemente las conclusiones o explicaciones
sobran. Están ahí, en cada diálogo, en cada pausa, en cada mirada. En las propias
escenas del argumento está su propia conclusión… No es que no esté de acuerdo con
quienes la critican por considerarla inacabada o sin resolver, es que creo que
se han perdido lo mejor de la película.
Sinceramente, me ha parecido soberbia. Ya iba predispuesto a
que así me lo pareciera, pues aunque no le faltan críticas de quien no entiende
este tipo de trabajos del Haneke y le parecen más pretenciosos que otra cosa,
la gran mayoría de la crítica la encumbró y recibió numerosos premios en
festivales, hasta llegar a ser calificada por la mayoría como la mejor película europea del año.
La manera que tiene el director de provocarnos la angustia,
la ansiedad y el desasosiego que generan los acontecimientos y los diálogos entre
los personajes es magistral. Para ello se apoya en unas geniales interpretaciones
de los protagonistas que dicen más con sus expresiones que con sus diálogos, en
una sobresaliente fotografía en blanco y negro y en un detalle curioso pero en
mi opinión acertado en la película, la ausencia de banda sonora.
Aunque no me gusta citar en el blog otras opiniones, esta
vez no me resisto a citar a Neathara
en su opinión sobre esta obra, pues refleja en pocas palabras casi todo lo que
he intentado describir: “Se suele decir
de Haneke que es un cirujano que disecciona los males de la sociedad moderna y
sin embargo, no hay apreciación más equivocada: ya que un cirujano abre el
cuerpo y lo examina para, una vez determinadas las causas del mal, proceder
a extirpar la carne corrupta en vías de lograr la curación del paciente. Y sin
embargo, lo que se hace en "La cinta blanca" no es una operación. Es
una exhumación seguida de una autopsia.”
Y como he comentado otras veces, lo bueno de este tipo de
películas no es solo el disfrutar de ellas, sino el debate posterior… así que,
si alguien la ha visto…