lunes, 30 de abril de 2012

La Escalera de Jacob


La Escalera de Jacob (1990) Dirigida por Adrian Lyne e interpretada por Tim Robbins, Elizabeth Peña y Danny Aiello. En original Jacob’s Ladder.

Esta película llamó mucho la atención en su época. Aunque tuvo sus detractores, es por muchos considerada una peli de culto. Las criaturas o demonios que en ella aparecen han servido de inspiración a películas o videojuegos como Silent Hill. La crítica la define como angustiosa, brillante, y sobre todo destacan la manera en que se llevan a la pantalla las alucinaciones y pesadillas. El caso es que tenía ya ganas de verla y acabo de hacerlo.

Me ha gustado mucho y a pesar de que reconozco que ciertas cosas debieron ser innovadoras en su época, lo que más me ha llamado la atención ha sido el guion, sorprendente, inteligente y muy bien llevado a la pantalla. Voy a intentar describir algo de él sin destripar nada, allá vamos.

La historia es la de Jacob Singer, un veterano de la guerra de Vietnan. En un ataque en Saigón, se produce una escabechina en su batallón y él es uno de los supervivientes. Todo esto lo vemos en pesadillas o recuerdos del protagonista, que ahora vive en Brooklyn con una nueva relación, trabajando de cartero, intentando superar los recuerdos de aquella batalla, de la separación de su mujer y de la muerte de uno de sus hijos. Pero esos recuerdos le atormentan en forma de pesadillas y lo que es peor, poco a poco comienza a ver seres extraños, como demonios o seres atormentados… y por si fuera poco, estos parecen querer matarle.

En toda esta historia, hay un personaje que es el único que parece ayudar y entender a Jacob, su fisioterapeuta. Hasta aquí una película interesante con un guion varias veces llevado al cine, el de los traumas de los veteranos de guerra.

Sin embargo, empiezan a ocurrir cosas extrañas, como que no aparece en las listas de tratamiento… o que parece que algunos otros compañeros tienen las mismas experiencias que él…

Entonces el argumento toma un giro de explicación lógica de lo que ocurre… pasando a ser una de esas películas con argumento conspirativo y la cosa se pone cada vez más interesante a la vez que el ritmo de angustia y paranoia alcanza su cenit con absoluta maestría.

Sólo con todo esto, la película ya valdría la pena, pero lo más sorprendente es el final. Entonces te das cuenta de que todo era distinto a lo que pensabas y de repente te quedas totalmente descolocado… pero solo tardas un ratito en ver con que inteligencia encaja todo ahora, el extraño papel del fisioterapeuta y lo que Jacob le dice que le recuerda, la cita que éste le dice a Jacob, el significado bíblico de la escalera de Jacob, el sentido de algunas de las alucinaciones o pesadillas…

Realmente, solo al final de verla, de das cuenta y entiendes el significado de todo lo que acabas de ver… y el resultado es magnifico. Una gran idea, un gran guion y una manera brillante de llevarlo a la pantalla. No decepciona, y como suele ocurrir en las grandes películas, en parte por eso lo son, además de todo lo destacable del guion y la dirección, hay que destacar también la soberbia interpretación del protagonista.

Si no la habéis visto, merece la pena… no os esperéis innovación en cuanto a la angustia y personajes, pues ha llovido desde entonces… pero cuando acabéis de verla, me contáis.

martes, 24 de abril de 2012

La Resurrección de los Muertos


La Resurrección de los Muertos (1997) de Wolf Hass. En original Auferstehung der Toten.

Bueno, antes de nada, que no nos confunda el título, ya conocéis mi afición al género de terror, pero en este caso se trata de otra de mis aficiones la que ha motivado su lectura, la de la novela negra, solo que aquí el autor ha querido jugar un poco al despiste titulando la novela como una película de zombies.

Como ya hemos hablado otras veces, el género de novela negra tiene muchos subgéneros y uno de ellos es el denominado novela negra de humor, que últimamente parece que vuelve a resurgir y que tiene en uno de los autores de moda al austriaco Wolf Hass.

La Resurrección de los Muertos, es la primera novela del autor en la que hace aparición el detective Simón Brenner, un detective que responde a todos los estereotipos de protagonista del género, solitario, raro, entrañable, expolicía… Aunque si os digo la verdad aún no me ha dado tiempo a encariñarme mucho con él (si lo hago cuando lea alguna de las siguientes novelas ya le dedicaré una entrada), ya que tampoco me ha dado tiempo a conocerle mucho en el libro, pues el verdadero protagonista del mismo es… el narrador.

La novela cuenta con un narrador, como ocurre en muchas, sólo que aquí no es un narrador neutro, sino que más bien es un personaje que te va contando la historia de manera informal tal y como te la contaría un amigo tuyo en el bar, intercalando apreciaciones, comentarios y chistes sobre lo que va pasando. Este estilo narrativo y su acierto, es sin duda lo mejor de la novela. Aunque la califican como de humor, yo más bien la calificaría como ocurrente e ingeniosa en cuanto a los comentarios y alguna que otra situación. Desde luego es destacable la traducción al castellano en las expresiones coloquiales y pequeños chistes, que nunca quedan fuera de contexto.

La novela trata de la investigación de un asesinato en un pueblecito alpino de Austria, en el que una pareja mayor aparece muerta porque les han dejado por la noche sentados en un telesilla para que mueran congelados. La trama en sí es bastante correcta. No es de esas tipo acertijo lógico que te van dando pistas para que puedas resolver el caso a la vez que el protagonista, pero tampoco de las que concluyen con incoherencia o de manera poco convincente. Simplemente, el protagonista, que para eso es el bueno, mediante algunas pistas lógicas para el lector más algún que otro puntillo de intuición, da con la tecla al final del todo sin eliminar ni la coherencia ni la sorpresa necesaria para este tipo de novelas.

Además del protagonista, el bueno de Brenner, el autor también deja caer algún que otro personaje que estoy seguro de que seguirán haciendo apariciones en las sucesivas entregas de la serie, como algún periodista pesado, o algún exjefe pelmazo…

Bueno, resumiendo, una propuesta fresca para los que disfruten del género y también una buena aproximación para los que aún no lo hacen. Su lectura es bastante amena y además es de las que se lee del tirón… Seguro que yo en breve vuelvo a ver que tal le va al bueno de Brenner.

lunes, 16 de abril de 2012

Dogville

Dogville (2003) dirigida por Lars von Trier y protagonizada por Nicole Kidman.

¿Tenéis fe en la humanidad? Si la tenéis, esta película os va a resultar exagerada y falaz. Si no la tenéis, seguramente os parecerá acertada en el análisis de lo peor del ser humano. Si como yo, en todo lo referente a temas de fe, optáis por el agnosticismo… os resultará una propuesta interesante, sobrecogedora y sobre todo desalentadora.

La película narra la historia de un pueblo, Dogville, al que llega una forastera que huye de unos gangsters. Dado el reducido número de habitantes del pueblo, todas las decisiones las toman en asamblea. Finalmente deciden acogerla a cambio de ciertas condiciones.

Los habitantes tienen personalidades y maneras de ser distintas, sin embargo, a través de las relaciones entre los habitantes del pueblo y de éstos con la forastera, se nos va mostrando poco a poco lo peor de cada uno. La visión de los habitantes del pueblo es desalentadora pues nos muestra que en el fondo todos se mueven por miedo y aprovechan la debilidad para ejercer la violencia sólo contra quien no puede defenderse, llegando a la maldad, a la depravación, a la violación física y moral del más débil, todo ello, con un halo de hipocresía con la que autojustifican su mísera conducta… Todo esto puede parecer una visión extremista de del ser humano, pero al fin y al cabo es la que argumenta mucha gente cuando busca una explicación a los genocidios, las violaciones masivas en las guerras, las torturas… cuantas veces nos hemos hecho la pregunta de… ¿Cómo es posible que todos participaran? No puede ser… eso solo lo hace la gente muy mala… ¿Como es posible que TODOS lo hicieran?

En cualquier caso, y aunque el comportamiento de los habitantes del pueblo resulta ser el mismo, los matices, el tratamiento de la circunstancia de cada uno y la autojustificación con la que moralmente se satisfacen en su comportamiento da para mucha reflexión. Especialmente en el personaje co-protagonista, que teóricamente está enamorado de la forastera y resulta ser sin duda el más desalentador.

Y si el comportamiento de los habitantes del pueblo es extremista… el de la forastera no se queda corto. Representa la inocencia más extrema en la justificación y fe en la conducta del ser humano. Con un personaje tan inocente y bueno podemos pensar que la visión de la película tampoco es tan desalentadora, sino simplemente radical en la simplificación del comportamiento de las personas… Bueno, pues esperad al final, que para eso también hay una conclusión, pero por tratarse del final la voy a omitir aunque también daría para mucho.

En cuanto a la propuesta artística, que siendo sincero, fue el motivo principal por el que me decidí a verla tras haber leído sobre ella, resulta una película sorprendente, y en mi opinión, la innovación de la misma, en este caso lleva emparejada el acierto. ¿Por qué digo esto? Pues bien, toda la película se representa en una gran nave. No existen decorados salvo algún pequeño mobiliario y las casas y las calles del pueblo están simplemente pintadas en el suelo de la nave. Toda la película se desarrolla en el mismo decorado, y al no haber paredes, mientras se observa el dialogo en el interior de una casa se sigue viendo lo que siguen haciendo el resto de los habitantes del pueblo. Esto ya lo había visto en teatro alguna vez, pero nunca en cine y la verdad, para esta película me ha gustado, me ha parecido atrevido, pero acertado. Algo parecido ocurre con el montaje. Los diálogos se toman desde distintos planos que van cambiando de manera poco convencional, a veces cortando incluso el ritmo de continuidad en la conversación… pero todo con un sentido, fijaros si la veis en los momentos y lo que se está hablando cuando esto se acentúa…

Por último me ha parecido muy destacable la interpretación de varios de los actores, incluyendo a la protagonista, Nicole Kidman, aunque no sea su principal fan (bueno, pensándolo bien, no lo soy de nadie, que fanáticos ya tenemos muchos...)

El resultado final, es el de una película que creo que merece la pena ver. Tiene muchísimos más defensores que detractores y quienes la critican lo hacen por lo atrevido de su propuesta, lo radical del planteamiento o el que sea un pueblecito americano en el que ocurre la trama pues muchos la consideran como parte de una trilogía antinorteamericana del director y no le perdonan que haga esto no siendo de allí y no conociendo mucho el país… en fin, yo en realidad creo que el mensaje que se nos quiere dar no es de ningún país en particular, sino del ser humano, otra cosa es que se comparta o no, o que simplemente como yo, en cuanto a la fe en la humanidad… prefiráis el agnosticismo.

martes, 10 de abril de 2012

Marruecos

Bueno, pues ya estoy de vuelta por aquí. Como comenté me fui unos días de vacaciones. El destino elegido ha sido el sur de Marruecos. Sinceramente, me ha encantado. Ha sido un viaje increíble, lleno de contrastes… ¿Por dónde empezar?

Empecemos por los tópicos.

El clima. Marruecos es un país muy caluroso. No os olvidéis, como no lo hice yo, de llevaros ropa ligera, mucha manga corta, pues con lo que se suda es habitual tener que cambiarse varias veces al día, y sobre todo ropa de baño, que con el calor cada vez que tengáis oportunidad os daréis un chapuzón… No he pasado más frío ni en Canadá ni en Islandia ni en Rusia, hasta nos nevó por el Atlas!!!

La alimentación. Llevaros fortasec y algo de comida. La comida es mala y la falta de higiene os provocará diarreas casi seguro, además, acabareis pasando hambre… En fin, id resignados a pasar unos días de penitencia culinaria… He comido casi por dos. Una gastronomía estupenda, los guisos esos en los tajines, magníficos, y lo del baño… bueno, como nunca, parecía la protagonista de uno de esos anuncios de yogures ricos en fibra que sale sonriendo en ropa interior por lo bien que va al baño…

Podría seguir con el resto de tópicos… pero la entrada se alargaría y al final la conclusión sería siempre la misma; se me han caído todos los que tenía.

El viaje ha sido una ruta por varias ciudades del sur de Marruecos. Tenía como inicio y fin la ciudad de Marrakech.

Marrakech
Marrakech es una ciudad mágica. Tiene algo, aunque no sabría describir el qué. Su zoco es grande, pero no es muy diferente al de otras ciudades que he conocido como el de Estambul o El Cairo, la única diferencia es que quizás aquí los vendedores son menos pesados y más amables. Su plaza principal es muy grande. Está llena de cafés con terrazas desde los que puedes tomarte algo y disfrutar de las vistas a la misma en la que no faltan tenderetes de todo tipo, desde puestos de zumos, teóricos encantadores de serpientes que aprovechan la mínima para colgártela en el cuello, recitadores de vete tú a saber qué… Y todo esto sin hora de fin, pues cuando cae el sol, la plaza toma, si cabe, aún más ambiente. La plaza está viva, pues la gente que ves a primera hora de la tarde no es la misma que por la noche, donde antes había unas mujeres haciendo tatuajes, ahora tienes a un vendedor de lámparas… Una ciudad que despierta los sentidos.

Los ecosistemas de la ruta eran espectaculares
La ruta la hemos hecho en dos cuatro por cuatro. Y digo hemos, porque esta vez he compartido aventurilla con otros seis compañeros. Sin duda los ratos y anécdotas que hemos pasado juntos, han sido de lo mejor del viaje. Completaban el equipo un guía y dos conductores locales. Lo de los 4x4 no ha sido un capricho. El estado de algunas carreteras lo requiere, sobre todo si como nos pasó a nosotros pillais lluvias. Tuvimos incluso que vadear algún puente desbordado.

Nuestro periplo nos ha conducido por el alto y el medio átlas, el desierto y la costa.

Niños en el alto átlas
El alto atlas es sorprendente. Quizás es de lo que más me ha gustado. Es un paisaje árido y abrupto. La población es si cabe aún más pobre que en otras zonas y es que aquí la posibilidad de la agricultura no se da y la subsistencia se limita a los ingresos del pastoreo y el turismo de aventura principalmente. En un pueblo que paramos a comer, los niños, su vestimenta, la arquitectura y disposición de las casas… me recordaba en algo a los reportajes del Tibet. No se muy bien como describir la sensación, pero me gustó muchísimo el día que pasamos por el alto atlas. Por cierto, como he dicho antes, nos cayó una buena nevada. Ese día tampoco pude ponerme el bañador.

Amanece en el desierto
La experiencia del desierto tampoco estuvo nada mal. Es como una playa gigante donde el mar queda lejos, pero con sitio de sobra para poner la sombrilla. Esa noche dormimos en jaimas. No se cuantos días al año llueve en el desierto, pero uno de ellos tuvo que ser esa noche. Así que mientras dejaba de chispear estuvimos en un albergue con unos autóctonos haciendo una fusión musical entre ritmo bereber y rumba vallekana que no quedó nada mal. Por la mañana temprano nos subimos a una duna para ver la salida del sol. Una grata experiencia visual. No tanto sensorial, pues casi me congelo allí mismo. No se cuantos grados haría hasta que salió el sol, pero vamos, esa mañana tampoco pude ponerme el bañador.

Quizás ha sido la zona de costa lo que menos me ha llamado la atención. Y no es cuestión de que no merezca la pena, sino que probablemente es lo menos distinto a lo que estoy acostumbrado a ver. Aun así, si te pierdes por la zona céntrica del pueblecito en cuestión, sigues respirando el ambiente mágico de las ciudades y los pueblos de allí.

Medio átlas
Bueno, me podría seguir enrollando y acabaría describiendo cada día, pues todos tuvieron algo especial. En general ha sido un viaje tan lleno de contrastes que me deja muchas escenas imborrables.

La gente es muy amable por allí. Nos decían que era por estar en el sur, que en el norte la gente es más arisca. No lo sé, pero en general tuvimos un trato muy ameno con la gente local. Es buen momento para ir, con el miedo al terrorismo, las revueltas en los países islámicos y la crisis económica el turismo ha bajado bastante y en ningún momento tienes la sensación de estar haciendo el guiri salvo en las ciudades más grandes. La gastronomía estupenda, de verdad, ya sé que por los comentarios que he hecho en otras ocasiones puedo dar la impresión de ser un poco tragaldabas, pero es que es verdad, estaba todo bastante bueno, es un país ideal para hacer el Labordeta. 

Los cauces de los valles son verdes y frondosos
Para los que como yo, necesitéis algo de medicación de vez en cuando para refrescaros, es fácil encontrar cerveza en determinados sitios para no interrumpir el tratamiento. Lo único que eché en falta para la próxima vez que vaya es llevarme algún CD de música. Al principio viene bien delegar la responsabilidad en el conductor autóctono, y así te pone su música y te integras en el ambiente local… pero cuando llevas tres días escuchando canciones con estribillos que se repiten y que duran veinte minutos… os lo prometo… yo había momentos en que me desdoblaba con esos mantras y me veía a mi mismo desde el techo del coche…

Una experiencia inolvidable. Si no lo habéis hecho aún, os lo recomiendo. Está a dos horas en avión y es muy barato. No hay escusa. Si además tenéis la suerte, como yo, de compartir la aventura con unos compañeros estupendos, pues que más se puede pedir. Y si ya lo habéis hecho, contadme ¿Qué os pareció?

Bueno, lo dicho, he vuelto…