sábado, 19 de mayo de 2012

Black Mirror


Black Mirror (Serie, 2011) (1 Temporada, 3 Episodios)

Me he acercado a esta serie después de las excepcionales críticas que ha recibido y por la temática de la misma, pues como ya os he comentado alguna vez, le dedico más de una neurona a pensar como serán los tiempos que se nos vienen y en que vamos a convertir nuestra sociedad con los avances tecnológicos que estamos teniendo. La califican de provocadora, fresca, original, crítica… Como pasa algunas veces cuando la expectativa es grande, tenía el listón tan alto que me ha decepcionado un poco, pero aún así, la considero muy interesante y por eso os la comento.

Se trata de una miniserie británica. Lo de que sea una serie es por que tiene que ser algo, porque los episodios no guardan ninguna conexión entre sí, cada uno de ellos cuenta una historia distinta, ambientada en un periodo distinto y con protagonistas distintos.

¿Qué tienen entonces en común? Pues que todos hablan de la influencia de la tecnología en la actualidad o el futuro (depende del episodio) en el contexto de una sociedad cada vez más deshumanizada.

En mi opinión, la serie va creciendo en cada uno de sus tres episodios. 

El primero está ambientado en la actualidad y nos muestra la paradoja de la inmediatez de la información que tenemos ahora con las redes sociales. Mientras que para los estados, es cada vez más fácil controlar lo que hacemos pues dejamos pistas por doquier, en cambio, les resulta imposible controlar la difusión de ciertos contenidos pues, aunque te localicen y te censuren, en un minuto cualquier cosa que hayas querido propagar al mundo puede haber tenido millones de receptores. Una paradoja real, que en la serie se plantea mediante el caso del secuestro de la princesa británica. Es el único de los tres que se basa en el tiempo presente.

El segundo episodio no es nada original en su concepto, pues nos muestra una sociedad futura alineada en la que se ha perdido la singularidad del individuo y las personas son como hormigas. Nada que no hayamos visto ya en muchas películas o leído en muchos libros de ciencia ficción (y nada que no creamos muchos que es nuestro futuro irremediable, que por suerte no presenciaremos…). Esta vez el foco se hace en el consumismo como único objetivo de la existencia y en la salida del alineamiento con la falsa esperanza en los certámenes televisivos de triunfitos. Una sociedad futurista, sí, pero con una realidad muy actual… me parece bien logrado e interesante a la vez. Muy curiosas algunas de las ocurrencias futuristas del guionista…

El tercer episodio, curiosamente, tiene un argumento sobre lo que yo ya había pensado alguna vez. Leyendo sobre la posibilidad teórica de los implantes electrónicos que sustituirían o aumentarían las capacidades cerebrales, he pensado muchas veces en la posibilidad de la potenciación de una de las más débiles que tenemos y sus implicaciones, la memoria. Este episodio trata de eso. En una sociedad en la que cada persona tiene un implante detrás de una oreja en el que queda registrado todo lo que tus sentidos perciben, los protagonistas sólo tienen que rebobinar hasta donde quieren para ver con exactitud lo que vivieron en cualquier momento, lo cual pueden ver en sus propios ojos o en cualquier pantalla si quieren enseñárselo a los demás. Esto se podría usar para las entrevistas de trabajo y ver como es el candidato, en los controles policiales… y para muchas cosas más. En la serie nuestro protagonista lo usa para cerciorarse si sus sospechas de infidelidad de su mujer tienen fundamento… no os cuento más. Para mí el mejor capítulo de los tres.

Y bueno, no mucho más, seguro que no me compro la edición DVD Gold Megaplatinum coleccionista con los comentarios del director… pero me ha resultado interesante y curiosa. Si os topais con ella me comentáis…

miércoles, 16 de mayo de 2012

Waking Life


Waking Life (2001) Dirigida por Richard Linklater.

Llevo unos días sin aparecer por aquí… no penséis que me he hecho un ermitaño alejado de las tecnologías, es que ando con cambios logísticos y no tengo tiempo para mis aficiones y por lo tanto no tengo mucho que añadir últimamente al blog. Aún me quedan unos días de logística pero en breve volveré a tener ratos libres (o acabaré más zumbao que alguno de los protagonistas de las pelis que os he comentado…)

Sin embargo, he tenido tiempo para ver la película Waking Life. La idea de la película surgió gracias a la recomendación de una compañera de colegio en el que me han aceptado como miembro. Se trata de un colegio invisible aunque no estemos en el siglo XVII, pero bueno, eso es otra historia, que como siempre me desvio del tema principal.

Me llamó la atención de esta película que trataba sobre temas filosóficos actuales y esto me resultó interesante, así que me puse a buscar información sobre ella.

Aunque no me sonaba de nada resulta que la película era bastante conocida y diría también que reconocida, por lo que ya tuve el último empujón que me faltaba y mis niveles de curiosidad se dispararon aún más.

Una vez vista, he de reconocer que me ha gustado bastante, casi me he recriminado el no conocerla previamente, pues es una de esas pelis que guardaré para volver a ver algún día.

Se trata de una película de animación, realizada con una técnica denominada rotoscopia, que la verdad tampoco sabía lo que era, pero que queda bastante chula. En cualquier caso, lo que me ha gustado más de la película es su argumento.

La historia trata de un chaval, el protagonista, que tiene una serie de sueños o sueño pero en un estado de lucidez aparente, de manera que al final acaba tomando conciencia de que está soñando. Esto no es más que el método elegido por el director y guionista para su propuesta que no es otra que la de presentarnos distintas teorías sociológicas, filosóficas y políticas que se encuentran en el debate actual como resultado de los últimos conocimientos y avances científicos, tecnológicos y psicológicos.

La manera de presentarlos es mediante conversaciones entre el protagonista y distintos personajes (generalmente monólogos por la actitud pasiva del protagonista) y a veces mediante diálogos entre terceros personajes en los que no está el protagonista.

A excepción de alguna teoría curiosa, como por ejemplo una cinematográfica que aparece y yo no conocía, el resto de reflexiones que aparecen en la película no aportan nada nuevo si sois curiosos y estáis al tanto de los derroteros de las reflexiones actuales sobre el hombre, la vida, la evolución, los sueños, la sociedad… y tampoco se profundiza mucho en ninguna de ellas, pero la idea de enlazarlas todas en un mismo film me parece muy interesante y el modo en que se ha hecho muy acertado.

Es curioso que la mayoría de los pensamientos o teorías que se plasman se plantean de un modo teórico… pero sin embargo, existen otros para los que el guionista ha preferido no plantear la teoría sino la práctica mediante el comportamiento de alguno de los personajes. Lo primero se suele dar en los diálogos que tienen personajes con el protagonista, lo segundo, más entre situaciones entre terceros personajes, aunque esta norma no se da siempre.

Al final, como os decía al principio es una película que me ha gustado bastante. Me alegro de haber seguido esta recomendación. Desde luego para volver a despertar la curiosidad por muchos temas transcendentales es un método infalible. Muy recomendable.

Bueno, voy a seguir con mis temas logísticos, ya me queda menos…

viernes, 4 de mayo de 2012

Psychoville


Psychoville (Serie 2009-2011) (2 Temporadas, 13 Episodios)

Si algo es atrevido de recomendar son las series de humor, pues el humor, es sin duda de lo más subjetivo que existe, pero aun así me atrevo a recomendar esta serie a pesar de que encontraré muchos que no compartan mi opinión. Acabo de ver el último episodio y me ha parecido realmente buena.

Como serie de humor, no es de las más divertidas ni con la que más me he reído, pero su originalidad es algo fresco y sorprendente.

Para empezar no es la típica serie cómica de episodios con tramas simples que quedan resueltas en cada capítulo, sí que mantiene el formato de duración, 30 minutos, pero poco más. El argumento es enrevesado y se va resolviendo poco a poco en cada entrega y no deja de sorprender al espectador.

La primera temporada, se nos presenta con una ambientación de mezcla de película de terror, thriller psicológico, suspense, etc., en la que no faltan psicópatas, asesinos en serie y resto de personajes enrevesados… y es que todos tienen en común un pasado común en un psiquiátrico en el que debió pasar algo oscuro pues la conexión actual es que todos reciben una serie de anónimos de un desconocido que parece conocer algo escondido de su pasado… Sin embargo, los guionistas van más allá y lejos de conformarse con desarrollar esta trama principal nos descubren la realidad de estos desequilibrados personajes que esconden cada uno de ellos una historia que bien podría ser por sí sola el argumento de cualquier thriller por sí solo.

Tras la resolución de la primera temporada no se les acaban las ideas y en la segunda entran en acción nuevos personajes y algunos de los anteriores con nuevos giros que sorprenden en cada episodio y un final casi de película de James Bond.

Todo esto que os acabo de comentar, con la ambientación sonora y fotográfica adecuada pero… con un pequeño detalle que no debemos olvidar… ¡es una serie de humor británico! Lo cual significa que a todo esta ambientación realista hay que ponerle una serie de personajes caricaturizados y grotescos, como es el humor inglés, no por ello carente de ingenio.

En la serie no faltan las analogías con películas míticas del suspense, como Extraños en un Tren, pero el episodio que es realmente sublime y que se sale un poco de la tónica de la serie pues en el intervienen sólo dos de los protagonistas es una parodia de la película La Soga. No al estilo de películas de humor norteamericanas que parodian a películas taquilleras (y a mí personalmente me resultan insufribles), sino con originalidad, bien encajada en el resto de la serie, en fin, un episodio que por el mismo ya merece la pena toda la serie, sobresaliente.

Esta vez no digo que para disfrutar de una serie de humor hay que verla en VO aunque sea con subtítulos, pues creo que no existe traducida, así que hala, a practicar el british.

Si juntamos todo, el resultado, como he dicho al principio es un producto original y fresco, que se deja ver sin mayores pretensiones que las de ver que nuevas ocurrencias tienen los guionistas para desenmarañar la trama, soltar alguna risita con lo absurdo de la situación de alguno de los personajes, alguna pincelada de genialidad en algún que otro episodio y las interpretaciones grotescas habituales del humor británico que no defraudarán a los aficionados a dicho estilo. Muy interesante.