Black Mirror
(Serie, 2011) (1 Temporada, 3 Episodios)
Me he acercado a esta serie después de las excepcionales críticas
que ha recibido y por la temática de la misma, pues como ya os he comentado
alguna vez, le dedico más de una neurona a pensar como serán los tiempos que se
nos vienen y en que vamos a convertir nuestra sociedad con los avances tecnológicos
que estamos teniendo. La califican de provocadora, fresca, original, crítica…
Como pasa algunas veces cuando la expectativa es grande, tenía el listón
tan alto que me ha decepcionado un poco, pero aún así, la considero muy
interesante y por eso os la comento.
Se trata de una miniserie británica. Lo de que sea una serie
es por que tiene que ser algo, porque los episodios no guardan ninguna conexión
entre sí, cada uno de ellos cuenta una historia distinta, ambientada en un
periodo distinto y con protagonistas distintos.
¿Qué tienen entonces en común? Pues que todos hablan de la
influencia de la tecnología en la actualidad o el futuro (depende del episodio)
en el contexto de una sociedad cada vez más deshumanizada.
En mi opinión, la serie va creciendo en cada uno de
sus tres episodios.
El primero está ambientado en la actualidad y nos muestra
la paradoja de la inmediatez de la información que tenemos ahora con las redes
sociales. Mientras que para los estados, es cada vez más fácil controlar lo que
hacemos pues dejamos pistas por doquier, en cambio, les resulta imposible
controlar la difusión de ciertos contenidos pues, aunque te localicen y te
censuren, en un minuto cualquier cosa que hayas querido propagar al mundo puede
haber tenido millones de receptores. Una paradoja real, que en la serie se
plantea mediante el caso del secuestro de la princesa británica. Es el único de
los tres que se basa en el tiempo presente.
El segundo episodio no es nada original en su concepto, pues
nos muestra una sociedad futura alineada en la que se ha perdido la singularidad del individuo y las personas son como hormigas. Nada que no hayamos visto ya
en muchas películas o leído en muchos libros de ciencia ficción (y nada que no
creamos muchos que es nuestro futuro irremediable, que por suerte no
presenciaremos…). Esta vez el foco se hace en el consumismo como único objetivo
de la existencia y en la salida del alineamiento con la falsa esperanza en los
certámenes televisivos de triunfitos. Una sociedad futurista, sí, pero con una
realidad muy actual… me parece bien logrado e interesante a la vez. Muy
curiosas algunas de las ocurrencias futuristas del guionista…
El tercer episodio, curiosamente, tiene un argumento sobre
lo que yo ya había pensado alguna vez. Leyendo sobre la posibilidad teórica de
los implantes electrónicos que sustituirían o aumentarían las capacidades
cerebrales, he pensado muchas veces en la posibilidad de la potenciación de una
de las más débiles que tenemos y sus implicaciones, la memoria. Este episodio
trata de eso. En una sociedad en la que cada persona tiene un implante detrás
de una oreja en el que queda registrado todo lo que tus sentidos perciben, los
protagonistas sólo tienen que rebobinar hasta donde quieren para ver con
exactitud lo que vivieron en cualquier momento, lo cual pueden ver en sus
propios ojos o en cualquier pantalla si quieren enseñárselo a los demás. Esto
se podría usar para las entrevistas de trabajo y ver como es el candidato, en
los controles policiales… y para muchas cosas más. En la serie nuestro
protagonista lo usa para cerciorarse si sus sospechas de infidelidad de su
mujer tienen fundamento… no os cuento más. Para mí el mejor capítulo de los
tres.
Y bueno, no mucho más, seguro que no me compro la edición
DVD Gold Megaplatinum coleccionista con los comentarios del director… pero me ha resultado interesante y curiosa. Si os topais con
ella me comentáis…